lunes, 24 de septiembre de 2007

La otra violencia

Reproducimos el artículo aparecido en el número 15 de Xarxaurbana sobre la problemática de la violencia inmobiliaria y urbanística en nuestro barrio de la Malvarrosa


Nuevas formas de violencia


Desde hace unos años se están sacando a la luz algunas formas de violencia que padecemos en nuestra sociedad. Se ha acuñado el término “Violencia de género” o “Violencia machista”, para referirse a las agresiones cotidianas que muchas mujeres padecen precisamente por su condición de mujeres. También se habla de “Violencia laboral” cuando nos referimos a los accidentes en el puesto de trabajo. O violencia en el deporte o violencia en las calles.

Pues bien, hay un nuevo concepto que se viene considerando cada vez más, y que refleja un buen número de situaciones relacionadas con la falta de derecho al acceso a una vivienda digna: pensionistas víctimas de moobing inmobiliario, jóvenes por encima de los 30 que no puede irse de casa de sus padres, ciudades convertidas en grandes centros comerciales, expropiaciones de viviendas afectadas por planes urbanísticos que se desconocen, aumento de impagos por incapacidad de pagar la letra del piso, etc. Son un tipo de agresiones que se manifiesta muy claramente en los barrios: La Violencia Inmobiliaria y Urbanística.


Las dos caras de la Malvarrosa (¿o tres caras?)

Desde su nacimiento y desarrollo la Malva fue y es dual: Por un lado la “Malvarrosa espectacular”, la de los chalets de alguna burguesía valenciana, la de primeras lineas de playa. Aquí reside una ínfima parte de la población. Y son irrelevantes para la vida del barrio. Pero paradógicamente es la que más aparece en la tele de la mano de grandes eventos pseudodeportivos. Es la que influye negativamente en el precio de la vivienda del conjunto del barrio.

Y luego está la “otra Malvarrosa”, la “Malvarrosa real”: el barrio de trabajadores desarrollado en gran parte por emigrantes andaluces y castellanos alrededor de las conocidas como “Fincas de Astilleros”. Somos los indígenas que contemplamos atónitos el derroche y la especulación como en una conocida película de Berlanga. Somos los que pagamos (en el sentido más amplio del término), las consecuencias de la burbuja inmobiliaria en los Poblados Marítimos.

La “tercera Malvarrosa” es la de la vergüenza, la de las Casitas Rosas. Pero esa es completamente invisible...


Debemos enfrentar juntos estas agresiones a los barrios

Según datos de una red española de agentes de la propiedad inmobiliaria, en el 2005 el valor de la vivienda en Valencia había sufrido un aumento espectacular del 26%. El impacto fue especialmente importante en los poblados marítimos, situados en primera línea del campo de regatas de la Copa América. En este caso, el incremento fue del 41%.

En el 2006 el aumento no ha sido tan escalofriante. La vivienda subió un 12 % en la Malvarrosa y el Cabanyal. Se vislumbraba el final de la America's Cup, pero aun se desconocía la concesión del Circuito de Formula 1 que puede traer consecuencias impredecibles.

Es cierto que parece que nos encontremos en un momento de parón inmobiliario. Eso nos avisan desde los medios de comunicación. El Euribor crece y algunas empresas entran en crisis.

En este contexto, podríamos hacer algunas preguntas: ¿Qué favoreció la subida del precio de la vivienda?. ¿Quién se aprovechó de ella?. ¿Quiénes se enriquecieron?. Y como consecuencia de todas ellas, ahora que se vislumbran las vacas flacas y los precios están por las nubes, ¿Quién pagará ahora esta crisis?.

Nuestras sociedades modernas padecen muchos tipos de violencia hacia las personas, especialmente las más débiles, y hacia la naturaleza. Es necesario desterrarlas si queremos vivir en un mundo más digno. Hay que parar a la Violencia Urbanística que agrede los barrios periféricos y a las personas que vivimos en ellos.





Pau Diaz

Amics de la Malva


1 comentario:

  1. Comentario a este artículo aparecido en el Levante en:

    http://www.levante-emv.com/secciones/noticia.jsp?pRef=3682_16_354813__Valencia-Malvarosa-denuncia-tres-caras-barrio

    ResponderEliminar