Artículo en El Levante sobre Felix Robillard, bótanico que favoreció el nacimiento de nuestro barrio
El Ateneo Marítimo recupera la figura de Felix Robillard, el
botánico francés que con el cultivo de geranios para su fábrica de esencias dio
origen al barrio
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Plaza Robillard en nuestro barrio |
El presidente del Ateneo Marítimo de Valencia, Miguel Ángel
Belenguer, en la conferencia sobre Robillard ofrecida ayer en el centro
cultural.
El presidente del Ateneo Marítimo,
Miguel Ángel Belenguer, reivindicó ayer en una conferencia la figura del
botánico y erudito de origen francés Jean Felix Robillard Closier a quien debe
el nombre el barrio de la Malva-rosa. Belenguer presentó ayer en el salón de
actos del ateneo la investigación que ha llevado a cabo entorno a la figura del
botánico. Robillard, de cuyo nacimiento se cumple este año el 200 aniversario,
se afincó en Valencia en 1848 tras ser nombrado jardinero mayor del Botánico.
En Valencia, impulsó el cultivo a escala industrial de la malvarrosa y puso en
funcionamiento una fábrica de esencias pionera.
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Calderas de la Fabrica de perfumes de Félix Robillard |
La actual avenida de la Malva-rosa toma su nombre de la
finca que se hizo construir allí el botánico francés y en torno a la cual
crecería años más tarde el barrio de la Malva-rosa.
En 1856, Robillard adquiere unos terrenos de marjal al norte
del Cabanyal. Robillard desecó los terrenos existentes y sobre los mismos puso
en marcha una finca dedicada al cultivo de geranios «pelargonium capitatum»,
una flor originaria de Cabo Verde conocida comunmente como malva-rosa, que
cultivó a escala industrial para su fábrica de esencias.
Entre su legado a la sociedad valenciana destaca la mejora
de la salubridad de los terrenos que constituían el actual barrio de la
Malvarrosa y el origen de su nombre; su labor en la reordenación del Jardín
Botánico y en el diseño de los invernaderos; así como su aportación a la
modernización de la agricultura valenciana y al desarrollo del tejido
industrial del siglo XIX, apuntó ayer Miguel Angel Belenguer en su conferencia.
Robillard contribuyó a la difusión del nombre de Valencia
por los cinco continentes debido a la fama de su establecimiento de
horticultura, su fábrica de jabones y esencias y la divulgación científica de
su tarea en numerosas publicaciones.
Robillard, que fue jardinero jefe de los Campos Eliseos, se
formó en el «Institut Horticole de Fromont»y en el «Jardin de Plantes» de
París, donde también estudió Cavanilles.
Establece su residencia en una alquería en el camino de la
Malvarrosa, „junto al actual Campo de Fútbol de la Malvarrosa„, y en estos
terrenos instala fuentes e invernaderos. De espíritu innovador, Robillard
aprovechó el buen rendimiento de la malva-rosa, su riqueza en aceite esencial y
sus conocimientos científicos para montar en 1860 una fábrica de esencias en
una antigüa fundición „situada entre la actual plaza de Vera y la avenida de la
Malva-rosa„ donde produce esencias de malva-rosa, verbena, artemisia, nardos y
aceite de almendras.
Sus esencias son presentadas en la Exposición de Londres de
1862 y en la de Paris de 1867, obteniendo el reconocimiento de Eugene Rimmel,
padre de la cosmética moderna, y una medalla de bronce en la Exposición de
París, así como referencias en todas las publicaciones importantes sobre
aceites esenciales para la fabricación de perfumes de la época.
Todo esto, apuntó ayer Belenguer, convierten a Robillard
en«el vecino más ilustre y universal que hemos tenido en el barrio, por detrás
de Blasco Ibáñez».
Robillard era francés de origen y valenciano de adopción. De
hecho está enterrado desde 1888 en el Cementerio del Cabanyal como un
valenciano más. Algunos de los descendientes de Robillard viven en Valencia.
El Barrio Malvarrosa recibe su nombre de una flor. En el año 1848, el que fuera jardinero mayor del Botánico, Félix Robillard, decide comprar y rehabilitar una zona entre la playa y la huerta de Valencia, para dedicar esta zona de tres kilómetros de terreno a la plantación de un tipo de malva para su fábrica de esencias. Esta malva, que por supuesto era de color rosa, además de servir de drenaje al terreno y absorber la humedad, producía una esencia muy fina que se usaba para fabricar fragancias y perfumes. Vicente Blasco Ibáñez había comprado los terrenos de la finca a la Alcoholera Española por quinientas pesetas. En la Malvarrosa, Sorolla dio luz a sus cuadros más famosos de escenas playeras. Junto a la Alcoholera estaba la casa de perfumes de Julio Robillard.