jueves, 6 de diciembre de 2007

El Acceso Norte a Valencia se pone en marcha

La Consellería de Infraestructuras ya ha concedido las obras para la realización del Acceso Norte al Puerto. Las obras están previstas que partan del barranco del Carraixet, pasando por un tramo de Taronjers hasta enlazar con el eje de. Serrería a la altura de nuestro barrio.

Desde hace tiempo los vecinos/as estamos preocupados por el impacto que pueden tener estas obras para la ciudadanía y en particular para los/as que vivimos en la Malva-rosa. Hay que tener en cuenta que lo que está previsto es una autovía de dos carriles en cada sentido, en la que se puede circular hasta a 80 Km. /h, y que parte de una autopista pero se mete hasta el medio de la ciudad. ¿O la Malva-rosa no cuenta como parte de la ciudad? Nos tememos que la calle Fausto Elio, donde se ubica una escuela infantil y un parque de juegos entre otros, pueda convertirse en un auténtico carril de deceleración de la Autopista V-21 Valencia-Castellón. Hay que recordar que esta vía soporta diariamente el paso de más de 66.000 vehículos en la suma de sus dos sentidos, 4.000 de ellos pesados.

El despropósito de obras continuas a la entrada de Valencia provoca atascos diarios kilométricos. Pero esto no se resuelve con nuevas autopistas que agredan a la huerta de Alboraia o a los barrios de la Malva-rosa y el Cabanyal, sino con una adecuada gestión de los existentes y con el impulso del transporte público.

Debemos recordar que el proyecto definitivo, y complementario a éste, es el de la construcción de un túnel subterráneo que salga de la autopista, pase por debajo de nuestro barrio (¡!?), y llegue hasta el Puerto. Todavía está lejos de realizarse pero, junto al proyecto de la isla enfrente de la costa de la playa de la Malva-rosa, es la última propuesta histriónica que la remodelación de la fachada marítima nos tiene reservada para el barrio.


Este plano es el del previsible túnel por debajo del barrio, en el que se ve claramente por qué zonas del barrio discurre:

1 comentario:

  1. Yo me pregunto, ¿cómo vamos a dormir? ¿Qué aire vamos a respirar?
    Vivimos en una cochecracia, la ciudad pertenece a los coche que, graciosamente, nos permiten sobrevivir en los espacios que todavía no han ocupado.
    Viva el progreso desenfrenado, muerte a la ciudad.
    Cuando enferme por los humos o por el ruido seguramente me dirán que la culpa la tengo yo por fumar o por no hacer ejercicio y si me descuido me dirán que la sanidad es sólo para los ricos que viven en las afueras capaces de pagarse un seguro privado.
    Nos lo tenemos bien merecido por ser unos imbéciles mudos.

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